Teníamos que salir el viernes, a las 23.30 de la noche. La llegada estaba prevista para el sábado a las 9 de la mañana y la salida a las 17.30 en Munich para estar en Nancy a las 2 de la madrugada del domingo.
Así fue. Pensaba que el viaje se me iba a hacer largo, pero no.
Aqui ya llegando. Toda Alemania era una capa de niebla, hasta que llegamos a Munich, que el tiempo era bastante bueno.
Al viaje fuimos dos autobuses llenos de Erasmus, españoles solo Belen, yo y 5 chicos mas que iban en el otro autobús. Nosotros fuimos todo el día con 3 amigos belgas, de Gante: Silke, Jana y Jeroen. Los 3 van a nuestra universidad y hemos hecho bastante amistad con ellos.
Llegamos antes de lo previsto, poco mas tarde de las 8. Este es el recinto de la Oktoberfest (ya por la tarde)
A las 9 no había tanta gente en el recinto, pero las casetas de cerveza si. Había muchísima cola para entrar. Llegamos a una carpa en la que no había tanta, e hicimos cola. Llevaba una mochila con una botella de vino, unas cervezas, dos bocadillos, galletas y mas comida. Vimos que al entrar el portero te abría la mochila y te tiraba toda comida y bebida al contenedor. A los belgas se lo hicieron, pero Belén y yo que íbamos detrás tuvimos suerte y el portero no nos dijo nada.
Las carpas tienen una terraza con mesas y el interior. Nos sentamos fuera porque vimos un hueco de casualidad, estaba todo lleno. Nos pedimos una jarra enorme, que valen 9.10€, y cuando nos la bebimos la íbamos rellenando Belen y yo con la cerveza que teníamos. Tras varias horas allí, con los belgas y hablando con unos alemanes que teníamos al lado, nos fuimos a dar una vuelta por el recinto ferial y a comer. La jarra de grandes dimensiones se dejó caer en mi mochila, la cual también registraban al salir, pero otra vez, la suerte española: no me registraron. Así que, una jarra para Zaragoza.
En el recinto ferial había muchos puestos de comida típica de Alemania, recuerdos, y ferias.
Mas tarde acabamos tirados en el césped, donde fue cuando el recinto estaba a rebosar:
Esta es la cuesta de cesped, al llegar, y al irnos, infectada de gente.
Cuando he intentado hablar en Alemania con alguien en inglés, ya que de alemán no tengo ni idea, solo me salía hablar francés!
La vuelta, que parecía ser un horror, no dejó ningun imprevisto, todo el mundo durmiendo y nadie vomitó. Se pasó muy rápida también. Yo apenas dormí hasta el final, y cuando abrí los ojos y me vi por las calles de Nancy dije: ya estoy en mi casa! Eso significa que ya estoy adaptado al 100% aquí.
Y eso es todo, un pequeño resumen del viaje a la Oktoberfest con la ESN. El próximo es a los Vosges, unos bosques de Francia.
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